jueves, 25 de agosto de 2016

Te regalo mis vacaciones o el viejo truco del almendruco


Vemos aquí de nuevo el ejemplo de un titular aparentemente positivo y alentador pero que en el fondo esconde siniestras intenciones...

¡Qué bonito y qué sentido! Publicado por El País.

A primera vista parece muy positivo, pero resulta alarmante que no se piense en la propia empresa como responsable de ofrecer tiempo a cualquier persona contratada que lo necesite por la causa que sea.
Sin embargo, son los propios trabajadores los que se prestan el tiempo entre sí.

El cuerpo de la propaganda noticia no tiene desperdicio:

Si cuenta con el beneplácito de la Cámara tiene que ser buenísima la cosa. Publicado por El País.

La empresa desde luego aplaudió con las orejas el generoso gesto de su empleado y el agraciado, henchido de orgullo por el bien realizado tan desinteresadamente, por esa solidaridad tan experimentada en sus carnes tan propias, no pudo por menos que darlo a conocer. Y un gesto tan solidario, tan bueno, tan escaso en estos días, no merece menos que convertirse en ley.
Así pues, contra viento y marea, este adalid batalla para que bla bla bla... la ministra de empleo alucina con su buena suerte y bla bla bla...

Que conste que el dolor legítimo que un padre sienta por la pérdida de su hijo (probablemente la peor experiencia que una persona pueda vivir en su vida) nos parece muy lícito y respetable, pero desgraciadamente muchas veces se usa esa rabia y esa impotencia totalmente legítima para impulsar medidas que, en el fondo, no benefician a las personas y sí mucho las perjudican.

Quisiéramos ver si hubiera prosperado una ley para que la propia empresa sufragara esa necesidad de su empleado. Ignoramos si se ha intentado, pero con toda seguridad no hubiese pasado de la primera ventanilla de nuestros tan sofisticados aparatos burocráticos.

Ahora el camino está abierto, se ha sentado un precedente, y nos tememos que en un futuro no muy lejano la empresa disponga de un periodo fijo de vacaciones a repartir entre los empleados.

Año 2030. Como cada año, la empresa se enorgullece de ofrecer a su personal el período vacacional obligatorio según convenio. Consta de seis horas al año a repartir entre los empleados. Aquellos que tengan hijos enfermos, alopecia o sean "fans" de Bud Spencer podrán solicitar a sus compañeros la cesión voluntaria obligatoria de su parte proporcional vacacional.
La no observancia de esta ley conllevará un castigo de veinte latigazos y ...

No se rían, que lo decimos muy en serio.

Como siempre, el aparato de propaganda va labrando, desbrozando y allanando el terreno para plantar las semillas del futuro que nos espera. Sin prisa pero sin pausa se modela la opinión pública para hacer aceptable lo inaceptable, y de esa forma se obtienen los frutos deseados. Se adapta y se domestica para producir plantas aberrantes que den mejores cosechas.
Vamos, lo que se ha hecho toda la vida...

Invierta en Bud Spencer. En el 2030 estará muy cotizado.